El Super Bowl se ha consagrado, mundialmente, como una oda al gasto desmedido.
No solo es el evento deportivo más grande del año en los Estados Unidos; sino también uno de los que más mueve la aguja en términos de marketing, ventas y consumo.
Los números son increíbles.
Este año los gastos relacionados con el Super Bowl ascendieron a 17 300 millones de dólares —solamente en Estados Unidos—.
Statista reseñó que el gasto medio de los consumidores, durante el domingo más esperado del año para los fanáticos de la NFL, fue de 86,04 dólares.
¿En qué gastaron casi 100 dólares?
Este gasto se dividió en “comida, bebida, televisores, indumentaria del equipo, decoración y apuestas realizadas en el juego”.
Espera… ¿Acaso dijimos “apuestas”? ¡Absolutamente!
La diversidad del gasto de los consumidores durante este evento es sencillamente alucinante.
Incluso las casas de apuestas deportivas se llevan un gran trozo del pastel y si estás un poco escéptico, préstale atención a este dato:
En el 2023, la “cantidad apostada en el Super Bowl, en las casas de apuestas deportivas de Nevada, superó los 153 millones de dólares”.
Esta gráfica de Statista recopila el historial de los montos apostados en el Super Bowl entre 2004 y 2023:
Un flujo de efectivo monumental
Ese monumental flujo de efectivo le da forma a un día en el que cada dólar cuenta una historia de entusiasmo, celebración y consumo.
Pero no queremos impregnar esa última palabra con una connotación negativa.
Al contrario.
Desde la perspectiva del marketing, el Super Bowl es uno de los eventos más alucinantes y lucrativos del mundo.
Durante la víspera del partido se revelan patrones de compra interesantes y dignos de estudio.
Es innegable, para cualquier marketer este evento se traduce en una clase magistral de marketing, ventas, hábitos de compra y publicidad.
Y para cientos de empresarios, el Super Bowl representa una verdadera mina de oro.
A grandes rasgos, es un festín de tradiciones, fraternidad y por supuesto, gastos y consumos que suelen desafiar la lógica y lo convencional.
¿El Super Bowl dispara las ventas?
Te diremos algo: no solo las dispara, sino que lo hace a una velocidad meteórica.
Volvamos a la data.
Shelle Santana, quien es experta en comportamiento del consumidor y exejecutiva de marketing en American Express, declaró lo siguiente en un episodio del pódcast de Harvard Business Review, (HBR), “Cold Call”:
Las cifras de Numerator, una reconocida empresa de tecnología y datos, lo corroboran:
“El 75 % de los espectadores del Super Bowl planearon comprar papas fritas” para consumirlas durante este domingo festivo.
Lo que más se vende previo al Super Bowl
Las papas fritas no son las únicas protagonistas.
Numerator también compartió otros datos sorprendentes sobre los ajustes que realizan los minoristas de alimentos y bebidas en Estados Unidos, a fin de satisfacer la alta demanda de los consumidores:
Cuando Shelle Santana dijo que los estadounidenses aumentaron el consumo de patatas fritas y aguacates durante este día, no estaba bromeando.
El Informe de alitas 2024, del Consejo Nacional del Pollo, estimó que los estadounidenses consumirían 1 450 millones de alitas durante la edición número 58 del gran partido.
¿Y qué decir del guacamole? Este es un mega favorito de la fanaticada.
Se estima que ese domingo se consumen unos ocho millones de libras de guacamole en suelo estadounidense —el equivalente a 3 628,73 toneladas—.
Esas cifras reseñadas en el medio Marca, están acompañadas de otras referencias asombrosas.
Aquí te compartimos solo algunas:
Numerator reseñó que las ventas de esas últimas bebidas “crecieron más del 18 % en las 52 semanas que finalizaron el 8 de octubre de 2023 en comparación con 2022”.
¿Por qué?
Esta ha sido una de las causas principales de este cambio en los patrones de consumo:
El consumidor actual está más consciente de su salud “y los grandes actores del sector se están dando cuenta”.
Sin lugar a dudas, los patrones de consumo cambian constantemente y suelen mostrar alteraciones importantes durante algunas temporadas específicas.
Para los minoristas es fundamental analizar el mercado y aprender a escuchar las necesidades y deseos de los consumidores.
Estudiar las tendencias y variaciones en sus hábitos de compra es crucial para aquellas marcas que están comprometidas con ofrecerles eso que les están pidiendo a gritos.
Durante su participación en el pódcast de HBR, Santana compartió una gran verdad:
“La semana previa al Super Bowl hay un aumento en categorías como condimentos, salsas y queso procesado. Se ven los efectos del Super Bowl goteando por toda la economía”.
Bares y restaurantes: dos grandes beneficiados
Una encuesta realizada por Prosper Insights & Analytics determinó que este año unas 16 200 millones de personas planeaban ver “el partido en un bar o restaurante”.
16 millones de personas es una cifra tremenda.
Los datos de la Federación Nacional de Minoristas (NRF) por sus siglas en inglés, revelan que los alimentos y bebidas “son las compras más populares” durante una de las fechas más legendarias del calendario deportivo.
Ambas categorías representan el 80 % del consumo, lo cual es supremamente rentable y favorecedor para los bares y restaurantes que se suman a la fiebre de la NFL.
Este domingo del año, en particular, los comercios inmersos en la industria de los alimentos y bebidas en Estados Unidos, se abastecen con los insumos que protagonizan los platillos preferidos de los consumidores.
En esta imagen oficial del Consejo Nacional del Pollo de Estados Unidos (NCC) por sus siglas en inglés, se aprecia cuál es su comida favorita, estado por estado:
¡Las alitas son las reinas en casi todos los estados de los Estados Unidos!
En un reporte especial, Marca reseñó que ese día “se consumen alitas de pollo por un valor de 1 250 millones de dólares”.
Aunque la venta de pizzas también rompe récords durante esta fecha festiva.
En 2023, Domino’s vendió dos millones de pizzas ese domingo, el cual es conocido como el segundo feriado gastronómico más grande del año.
El impacto que ejerce el Super Bowl en la economía estadounidense es exorbitante.
Un estudio del Instituto de Investigación de la Universidad Estatal de Arizona determinó que “el impacto económico total” de la edición pasada del Super Bowl fue de “1 300 millones de dólares, de los cuales, 720 millones de dólares contribuyeron directamente al Producto Interno Bruto de Arizona”.
¿Un evento deportivo o un acelerador del consumo?
¡Ambos!
El Super Bowl ha demostrado, históricamente, que es un enorme catalizador del gasto y el consumo.
Y los datos lo reafirman.
En las últimas dos décadas el gasto pasó de 8 700 millones de dólares a 17 300 millones de dólares, según la NRF.
Para los fanáticos de la NFL, este domingo de partido es un homenaje al fútbol americano en toda su extensión.
Pero para los comerciantes es un evento que impulsa la economía con cada jugada y movimiento del balón.
El reto de las marcas es saber anticiparse a los patrones de consumo y a sus distintas variaciones durante semejante celebración.
A final de cuentas, la clave para vender más no es ofrecer el mejor producto o servicio que tengan en stock, sino ser capaces de vender esa solución que sus consumidores ideales desean, anhelan o necesitan.
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